Nada ha cambiado.

Otro día mas en mi vida, Esther me vuelve loco con sus gritos.
Mis hijos que me tienen hinchados con sus tonterias de adolescentes, adolescen
sin lugar a dudas de demasiada experiencia,

Levantarse...bañarse...no me niego, he abierto la ducha para fingir que me baño,
he contado el tiempo, 10 minutos exactamente sino Esther me descubre y no es
nada bueno cuando eso sucede.

A caminar por las aceras, directo al puerto, un tequila,  un whisky, lo que sea que
mi sonrisa me pueda pagar, alguna vez he pensando en vender a mi mujer pero
la verdad es que no me la compran, su rico tipo ya no esta de moda aparentemente.
No esta de moda ni para mi en fin.

Me he cruzado con Fede, este hombre es un enigma, siempre sonriente pero detras
de esos dientes grises se esconde algo que siempre he querido saber, porque es tan panudo
que tiene este tipo que lo hace sentir el pecho tan grande en fin paso rapidamente con esa
guiñada de ojo le digo hola sin decirlo y hasta luego sin palabras me encanta este
tipo de comunicacion no verbal.

La verdad que esta mañana me he levantado calenturiento, creo que es las ganas de ser
joven de nuevo, aun mi memoria no ha olvidado ese hervor estomacal o penial no se
algo que extraño, o al menos lo extrañan mis pensamientos. Algo que jamas volvera.

Estoy realmente resentida con esta mujer, me ha chupado la vida y ya ni para la cama
parece que soy bueno, pero un dia Ana volvera y mi vida cambiara.

Hace tanto que espero por esta mujer, me pregunto si realmente va a regresar, cierro los
ojos fuertemente y trato de recordarla, siempre tengo la idea que la imagen esta intacta
pero hoy de tanto apretar los ojos he llorado.

Los viejos tambien lloran.
Los niños lloran, los hombres lloran, las mujeres gritan, los perros ladran,
y lo de vez en cuando me cago.

Yo el perro de siempre, los mismo trucos.

Mi sonrisa compro un tres pasitas, creo que me dan la copa con tal de que me silencie,
debe ser que espanto a los clientes, aunque en realidad yo soy divertido o eso me dicen
mis amigos.