lunes, septiembre 20, 2010

Tres...primera pagina del capitulo uno

Uno, dos, tres pasos y abre la puerta.
Y es que del sillón a la puerta no existen más pasos que tres.
Los mismos tres que llevan a la cocina, o más bien la estufa.
Los mismos tres que llevan al colchón en el suelo en donde descanso mis huesos.
Los mismos tres que me son eternos de contar cada vez que tengo que empezar a caminar.
Me he pasado la vida pensado en tres, y me pregunto si el día que termine también tendré que seguir la regla de los tres pasos, o las tres campanadas o los tres respiros. Aunque seamos sinceros preferiría un último respiro para romper la regla.

Esto no es un drama, ni una comedia, no es aventura ni ficción es simplemente la historia de mi vida contada en tres actos.

Nace…acto número uno.
Vive…acto número dos.
Muere…acto número tres.

Actualmente me encuentro atracado en el acto numero dos sin embargo presto atención para disfrutarlo o no, pero para sentirlo.
La vida me puede quitar todo pero no me puede quitar sentir intensamente lo que me mande, sea esto felicidad o tristeza. Es el consejo que doy últimamente, si tienes que llorar, hazlo y hazlo intensamente de manera que cuando llegue el tiempo de sonreír será fabuloso.

Escribo esto para que mis hijos lo lean, o no… pero quiero creer que a alguien le pueden servir mis historias, o al menos a mi me sirve contarlas.